sábado, 12 de mayo de 2018

Mirando atrás y compartiendo


Entramos ya en la recta final del curso Bibliotecas escolares y uso de AbiesWeb del INTEF. En esta nueva tarea nos toca reflexionar sobre todo aquello que nos haya ofrecido pautas útiles o nuevas ideas para mejorar el funcionamiento de la biblioteca. Si comparo lo aprendido con mi visión inicial, trabajada en el cuestionario que hicimos al principio, confirmo en gran medida lo que me planteé entonces (entrada aquí). Aunque ahora soy más consciente de algunas cuestiones o dispongo de más ideas prácticas para llevar a cabo.

Partimos de que es básico definir qué modelo de biblioteca queremos, cuáles son nuestras necesidades, elaborar un plan de trabajo acorde a ello y adquirir y seleccionar el material o recursos que se requiere.

Gabinete,
CIker-Free-Vector-Images, Pixabay
Pero, a nivel personal, son aspectos concretos los que más me han llamado la atención. Por ejemplo, soy más consciente del valor de una buena catalogación: no solo necesitamos que el fondo esté catalogado, sino que su catalogación sea precisa y detallada para rescatar lo que hay. En este sentido, destacaría la importancia de esos datos auxiliares que parecen más “secundarios”. Esto requiere cierta planificación, más si quienes van a catalogar son un equipo de varias personas, para establecer pautas comunes (revisar las listas de descriptores, materias… que ya vienen dadas, concretar cuáles se van a añadir y elaborar una lista propia en función de las necesidades del centro). Un capítulo aparte sería la revisión de lo que probablemente no se vaya a usar nunca (el difícil proceso de expurgar).

CIker-Free-Vector-Images, Pixabay
Otra de las ideas que me llevo es la de visibilizar la biblioteca y sus fondos. Sabía que era necesario. Sin embargo, ahora dispongo de ideas concretas para hacerlo. Me gustaron especialmente los apuntes del curso donde aparecen pautas y ejemplos (todo lo de señalización, usar una imagen reconocible –las posibilidades de la mascota me sorprendieron–, las variadas propuestas de actividades y medios para la difusión, incluida la guía, que ya me había planteado). Dentro de todo esto, me parecen muy útil las ideas de exponer fondos por temas, eventos… no solo de forma física, sino también por tableros (como los ejemplos que hicimos de Pinterest). En fin, toda esa gran labor de dar a conocer y “mover” el ambiente de la biblioteca.

Las posibilidades de dinamizar desde múltiples perspectivas, no solo animación a la lectura sino alfabetización informacional, leer e investigar… son cuestiones que trabajamos bastante en el curso Espacios de lectura, del INTEF también (en mi caso participé en su edición de 2017). Las reflexiones y tareas que elaboré al respecto están en el blog, en entradas anteriores (resumen aquí). El curso pasado me resultaron muy útiles para un trabajo que hicimos de asesoramiento en reuniones con los distintos departamentos didácticos de mi centro.

Acuerdo, OpenClipart-Vectors, Pixabay
En esta línea, creo que es una buena idea la que está impulsando la Consejería de Educación de Canarias sobre los Planes de Comunicación Lingüística, que se promueven en los centros educativos (Jornadas de Innovación Educativa para la Mejora de la Competencia Comunicativa). Aunque hay muchas experiencias impresionantes, yo me conformo por empezar por acciones elementales, que no por simples y sencillas, son fáciles de llevar a cabo. Estoy pensando en acuerdos entre el profesorado de las distintas especialidades para realizar prácticas dentro de las clases –integradas en su currículo, no como algo anexo y puntual– que conlleven investigar y usar la biblioteca (es decir, leer, escribir, tratar la información…). Y que esto se realice con ciertas pautas comunes, siendo conscientes del uso de estrategias variadas para el desarrollo de estas destrezas, métodos para investigar, criterios de presentación, uso y cita de fuentes, licencias de autoría… Que desde los distintos departamentos, en las diferentes materias, se lleve a cabo por lo menos una actividad o acción trimestral sería fantástico. Porque seríamos muchos trabajando desde una línea común. Y a esto sumarle el trabajo que se realiza habitualmente por proyectos diversos, al que habría que darle visibilidad (uno de los grandes problemas que observo en los centros es que no vemos todo aquello que ya hacemos en las aulas de gran interés).

ProSmile, Libros, Pixabay
Por otra parte, desde el lado lúdico, propuestas simples como la creación de un club de lectores también me parece que funcionan muy bien. El curso pasado coordiné uno y fue una experiencia preciosa (a los alumnos participantes les gustó muchísimo y yo solo puedo expresar gratitud por haber tenido la suerte de leer con ellos semana tras semana Los dientes de la eternidad de Jorge García, un cómic estupendo, y haber compartido juntos reflexiones ¡fuera del horario lectivo!).

La lectura es, por lo general, un acto personal, íntimo, reflexivo, que ocurre en soledad. Llevarla a espacios comunes y compartirla no me parece nada fácil. Creo que muchas de las actividades de “dinamización de la lectura” suelen ser actividades diversas que solo tienen como pretexto alguna lectura mínima, y que difícilmente promocionan la lectura entre los que no son lectores. Confío más en generar espacios en los que compartir lecturas, fomentar las recomendaciones y darles visibilidad, o leer juntos (sin la necesidad de obligar a nadie a leer; hay quienes solo quieren escuchar y tampoco eso está mal). Yo supongo que nos sorprenderíamos si preguntásemos cuántos profesores leen a sus alumnos algo (incluso puede que sea significativo saber quiénes leen habitualmente y qué leen).

En cuanto a promocionar alguna experiencia que hayamos visto, mencionaría la red BIBESCAN (red de Bibliotecas Escolares de Canarias), donde se comparten muchas experiencias, pero lo hacen en un entorno cerrado al que solo puede acceder el profesorado participante (un aula virtual Moodle).

IES de Melide
Yo suelo visitar de vez en cuando –desde hace años ya– la página del IES de Melide, en Galicia, porque me gustan lo que suelen hacer. Conocí su trabajo a través de un Encuentro y Muestra Internacional de Experiencias Didácticas (de lectura y escritura) que organiza anualmente la Sociedad Canaria “Elio Antonio Nebrija” de profesores de Lengua y Literatura (ya llevan once celebraciones). Este tipo de encuentros son estupendos para ver qué se hace en otros centros y tomar ideas. Del IES de Melide me gustan lo que hacen (participan en muchas actividades de su entorno y también organizan y llevan a cabo actividades que me parecen prácticas e interesantes) y cómo lo exponen organizado en distintos blogs: Bibliomelide es el blog de su biblioteca, Falamelide es su espacio de radio, televisión y revistas, Papalibros es su Club de lectura, Melide in English… Algunas de sus propuestas ya no continúan, pero me gustan para inspirarme: Cinema Paradiso, Boas Novas, Artefacto… Me encanta lo que hacen y cuántas propuestas tan bonitas hay (sin que parezcan “cosas del otro mundo”, pero con un buen trabajo detrás). Supongo que tienen un grupo de profesores muy activos para mantener todo esto. No recuerdo qué fue lo que expuso el profesor al que yo conocí en aquel encuentro, pero desde entonces suelo inspirarme en este centro.

Espero que les resulte de interés.

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