miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Qué hay en la biblioteca?


Volvemos con una tarea del curso Bibliotecas escolares y uso de AbiesWeb del INTEF. Una tarea que tenía que haber hecho ya hace cierto tiempo. Se trataba de un supuesto práctico. Imaginamos que hemos pedido a los alumnos que realicen algunos trabajos en torno a alguno de los días internacionales (como el Día Escolar de los Derechos de la Infancia, el de la Paz y la No Violencia, el de la Mujer o el de la Salud). Pero, antes de comenzar, vamos a la biblioteca para comprobar con cuánta facilidad se pueden localizar documentos con la información necesaria para realizar el trabajo. La práctica consiste en utilizar solo el sistema de catalogación que se esté usando en la biblioteca para comprobar su fiabilidad y utilidad.

Como en la biblioteca de mi centro no era posible hacer esta práctica al no tener el fondo catalogado, tenía que ir a otra. Y como en el día a día es difícil salir de las rutinas habituales, fui aplazando la visita. Finalmente, opté por ir a una biblioteca pública, cercana al centro. ¿Cuál ha sido el proceso seguido y qué he observado?

La biblioteca forma parte de la red canaria de bibliotecas, BICA, que utiliza una plataforma común. Esta base de datos contiene los fondos de todas las bibliotecas de la red. En su buscador, puedes seleccionar buscar solo fondos de una biblioteca concreta. ¡Y la búsqueda la puedes hacer desde tu casa! (En fin, me he retrasado por algo que podía haber resuelto desde hace bastante tiempo).

Si buscas libros u otros documentos concretos de los que tengas datos (título o autor, por ejemplo), es muy fácil comprobar si están o no. Pero si vas a comprobar qué hay relacionado con un tema como la salud, la mujer, la paz…, ya es más complicado, desde nuestro interés educativo.

Tienes la posibilidad de buscar por materias y etiquetas. Pero las posibilidades son limitadas. Si solo buscas por materia, con conceptos generales, lo que te puede salir por “salud”, “paz” o “mujer”, por ejemplo, son extensos listados de libros variopintos, que difícilmente podrían servir a alumnado de un centro escolar, porque se perderían tratando de encontrar algo. Es mejor seleccionar primero la categoría “juvenil” (te ofrecen los campos de infantil, juvenil, películas y documentales, revistas y periódicos y contenido digital) y después hacer una búsqueda por la materia (“salud”, “paz”…), lo que ayuda a acotar la selección de documentos que les puedan ser útiles. Aunque se pierdan posibilidades, en el sentido de documentos que les podrían servir, reducen el listado a algo que pueden controlar.

Pixabay, b0red

En cuanto a las etiquetas, vi que muchos documentos no tenían asignada ninguna, así que perdía validez buscar por etiquetas.

Una vez tenías un listado, podías seleccionar un documento y ver su ficha. En algunos casos aparecía la imagen de la portada, lo que enriquecía la visión que te hacías del libro o documento, y también resultaba útil si tenía una pequeña sinopsis (no siempre se incluía). Esto te muestra que cuanto más completa sea la catalogación, más útil es para la persona que realiza una búsqueda. En cualquier caso, lo relevante para este ejemplo era la riqueza de lo señalado en el campo de materias para recuperar fondos. Yo encontré pobre la selección de materias y las pocas referencias que se añadían a los documentos. Para recuperar mejor la información, tendrían que mejorar este aspecto (más variedad en los conceptos de materias y asociar a cada fondo más materias, no una o dos).

En cuanto al sistema de catalogación, vi limitado solo poder jugar con los campos de materias y acotarlo al nivel de juvenil. Por lo que hemos visto, en el AbiesWeb tenemos más posibilidades al estar más diseñado para un entorno educativo (edades, estudios, familias profesionales, mayor variedad en temática y valores transversales…). Sí me gustó el añadido de la imagen de la portada, que en el AbiesWeb no está (la referencia a la página web suple en parte esta carencia). Por supuesto, si vas con referencias concretas de un documento, la búsqueda avanzada te permite saber rápidamente si está o no.

Pixabay, gmccrea
En general, a mí la búsqueda me resultó un tanto frustrante, aunque reconozco que soy de las que siempre se dan el paseo por las estanterías para ver qué hay (ya sea en bibliotecas o en librerías). No se me ocurriría hacer una búsqueda solo en las fichas o el sistema de catalogación informático si existe la posibilidad de mirar directamente en las estanterías. Y también tengo por hábito preguntarle al bibliotecario o librero posibilidades. (Y creo que no está de más fomentar en los alumnos estos hábitos).

Sin embargo, más allá de estas consideraciones, el ejercicio me llevó a otras reflexiones. ¿Qué hacemos cuándo pedimos a nuestros alumnos que investiguen sobre algo? Creo que, en general, solemos restringir los campos de búsqueda. Si van a hacer un trabajo por una de estas celebraciones, suele ser con un tema concreto relacionado (algún campo específico, biografías de personajes, hechos históricos determinados…). Y normalmente se siguen pautas simples, como empezar por buscar información en documentos generales como las enciclopedias, incluidas las temáticas, antes de pasar a los específicos, por ejemplo. Personalmente, yo ya les doy algunas referencias concretas de entrada para empezar a trabajar, sabiendo que unos documentos te llevan a otros por referencias entre sí, de modo que se amplían las perspectivas. Pedir que busquen sobre un tema muy abierto y sin pautas para empezar no me parece útil (salvo para personas ya formadas en su competencia informacional).

En este caso, estamos observando un ejercicio para usar fondos de la biblioteca. Pero en cualquier trabajo de investigación, esto irá combinado con información o artículos buscados en la web. Es necesario dar pautas para ambos casos, y resaltar las posibilidades de ambos recursos. Nuestros alumnos tienden a ignorar los fondos materiales y solo quedarse con los ofrecidos por la red. Es necesario que la biblioteca ofrezca buenos recursos (con fondos actualizados, prácticos y atractivos) y que esté bien organizada y catalogada para su fácil uso, de modo que puedan apreciarse sus ventajas.

De modo que si la biblioteca quiere servir, todo pasa por ofrecer buenos documentos y una precisa y muy completa catalogación.

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